Acompañar la puesta en marcha del plan nacional de descarbonización en Costa Rica

En la subregión, Costa Rica se distingue por su estabilidad política y sus sistemas educativo y de protección social de alto nivel, pero también por su compromiso político continuo a favor de la preservación del medio ambiente y de la biodiversidad.

No obstante, el desarrollo económico del país y la preservación de sus recursos naturales se encuentran actualmente en riesgo por los efectos del cambio climático. En efecto, Costa Rica es un reservorio mundial de la biodiversidad, que forma parte de los países más vulnerables a sus impactos. Esta situación llevó al gobierno a reconsiderar su modelo de desarrollo y a validar, a principios de 2019, un ambicioso Plan Nacional de Descarbonización (PND) que tiene como objetivo alcanzar la neutralidad carbono de aquí a 2050. 

La AFD apoyó al gobierno de Costa Rica a través de tres préstamos de política pública en cofinanciamiento con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Cada uno incluía un préstamo presupuestario, un programa de cooperación técnica, y un diálogo de políticas públicas plurianual. Estos tienen como propósito contribuir a la trayectoria de descarbonización de la economía costarricense. Los objetivos específicos son:

• Aumentar el uso de la electricidad, en particular en el sector del transporte a través de la movilidad eléctrica;
• Favorecer la restauración y protección de los ecosistemas con alto potencial de captación de carbono;
• Promover sistemas de producción agrícola de bajo carbono;
• Fortalecer la gestión y el monitoreo de la Acción Climática.

La transición de bajo carbono será la ocasión de desarrollar nuevos polos económicos y de introducir cambios estructurales en la economía. El bienestar de la población mejorará gracias a la optimización de los transportes públicos y de la calidad del aire en zonas urbanas, y a una disminución de la contaminación generada por modelos agrícolas intensivos en zonas rurales.