Haití

En Haití, el 34 % de la población tiene menos de 15 años. La juventud probablemente sea la mayor riqueza del país, pero también su mayor desafío. Pese al aumento de las cifras de escolarización, la calidad de la enseñanza sigue siendo deficiente.

El Ministerio de Educación de Haití apuesta por la calidad y quiere mejorar la formación de los docentes, eslabón clave del sistema educativo, y adaptar los programas a las necesidades de la sociedad. Con este objetivo, la AFD le presta su apoyo en la reforma del sistema educativo para mejorar la calidad de la enseñanza en colegios y liceos.

Por otra parte, la formación profesional no es suficientemente eficaz: poco acorde a las necesidades reales, no permite la incorporación laboral de los jóvenes formados. Mientras tanto, los empleadores no encuentran las competencias que necesitan en el mercado de trabajo. Hacer coincidir la oferta con la demanda es uno de los principales desafíos para el desarrollo económico del país.

La AFD se comprometió junto con el Instituto Nacional de Formación Profesional a dar respuesta al reto del empleo juvenil y dotar a la economía haitiana de competencias adaptadas a las necesidades de sus empresas, grandes y pequeñas.
Nuestro apoyo se centra en tres ámbitos: la formación dirigida al sector del saneamiento, la actualización de los sectores de la construcción, la electrotécnica y la mecánica del automóvil, y la modernización del Instituto Nacional de Formación Profesional.

El sector agrícola supone casi una cuarta parte del PIB nacional. El 60 % de la población activa trabaja en la agricultura. A pesar de su gran potencial, el sector se enfrenta a diferentes obstáculos para su desarrollo: una gestión del agua compleja, parcelación, inseguridad jurídica en la tenencia de tierras, dificultades de acceso al mercado y una fuerte apertura comercial que favorece las importaciones a bajo coste. Obstáculos que se ven intensificados por el crecimiento demográfico y el cambio climático al que Haití es particularmente vulnerable. Consecuencia: la producción apenas logra satisfacer la demanda interna. El abastecimiento de cereales depende casi en un 50% de las importaciones. Por consiguiente, es esencial reforzar la seguridad alimentaria.

Apoyándose en su larga experiencia en materia de desarrollo rural, la AFD contribuye al incremento de las producciones agrícolas y a la reducción de la pobreza rural. A través del proyecto SECAL estamos mejorando los ingresos de cerca de 800 pequeños productores de maíz, frijoles y bananas. También apoyamos los sectores prometedores de la agrosilvicultura como el café, el cacao o el vetiver.

A pesar de los importantes avances en la lucha contra el SIDA, los indicadores de salud haitianos siguen siendo los más bajos del continente americano. La esperanza de vida es de 61 años para los hombres y de 64 años para las mujeres. La tasa de mortalidad infantil es de 59 por cada 1000 nacimientos.

Mejoramos el sistema sanitario del país con:

• la reconstrucción del Hospital Universitario Estatal de Haití, la adaptación normativa de los edificios (más del 50 % destruidos por el terremoto de 2010), y la formación del personal médico para aumentar la calidad de la atención;
• el proyecto Timama para mejorar la salud materna e infantil, así como la nutrición y la toma en consideración de la violencia de género. Financiado por la AFD, este proyecto es implementado por ONG francesas y haitianas desde agosto de 2016 en los departamentos de Grande-Anse, Sud y Nord-Ouest.

Más del 50 % de la población haitiana vive en zonas urbanas. En la región de Port-au-Prince, el 80 % de la superficie urbana corresponde a barrios precarios, mal comunicados, sin acceso al agua y a los servicios básicos.

La acción de la AFD consiste en luchar contra todas las formas de exclusión en las ciudades y mejorar su resiliencia frente a los impactos e inclemencias climáticas.

Estamos financiando diversos proyectos para:

• la rehabilitación de barrios muy afectados por el terremoto de 2010. El proyecto se inició con la elaboración de un plan de desarrollo urbano junto con los habitantes: el primero en este ámbito. En el programa: carreteras para conectar a estos barrios, adaptación de viviendas a las normas sísmicas y apoyo a las instituciones locales del sector urbano en materia de reglamentación;
• el manejo de residuos en Cap Haïtien, y una mejor estructuración de la cadena, desde la recogida hasta el tratamiento. Objetivo: mejorar la salud pública y optimizar el capital turístico de la región;
• la rehabilitación de la carretera Hinche-Saint Rafael, y conectar mejor Port-au-Prince con Cap Haïtien, eje fundamental para el desarrollo de la isla.